El caso de Paola Acosta y Martina





El domingo 21 de septiembre del 2014, en barrio Villa Urquiza de la ciudad de Córdoba, los vecinos del lugar escucharon llantos provenientes de una de las alcantarillas de la zona. No estaban seguros de que podía ser, y por un momento lo confundieron con los llantos de algún animal lastimado, pero al acercarse, se encontraron con el cuerpo de una mujer, aparentemente muerta, con una bebe en sus brazos. Al llegar la policía, se percataron que la mujer había recibido 4 puñaladas, y la menor, había sobrevivido de milagro. Pronto identificaron que los cuerpos pertenecían a Paola Acosta y su hija menor, Martina Lizarralde. ¿Pero que había pasado?

Paola Acosta y Martina.
Años atrás, Paola Acosta salió embarazada como fruto de su relación con Gonzalo Lizarralde, un comerciante cuya familia es dueña de una empresa de panificación y fábrica de sándwiches. La relación fue bastante tormentosa, por lo que cuando Martina nació, Gonzalo no quiso reconocerla. Tras confirmarse la paternidad, el hombre tuvo que otorgarle el apellido a la recién nacida, y fue condenado a pasarle una mensualidad por alimentos de aproximadamente 1,400 pesos argentinos o 100 dólares.

El miércoles 17 de septiembre, a las 10 de la noche, Gonzalo fue al domicilio de Paola para llevarle la primera cuota. Tranquilamente pudo haber depositado el dinero en una cuenta bancaria, pero no, él tenía otros planes: Quería conocer a su menor hija, o eso es lo que dijo después. Al bajar y recibir a su ex pareja, Paola fue obligada a subir a la parte trasera del Peugeot Express que tenía Gonzalo. El hombre la había arrinconado, y empezó a darle puntazos a la bebé. “Sube o la mato” fueron sus palabras. Una vez dentro, comenzaría el ataque. Gonzalo acuchilló a Paola cuatro veces. Un corte profundo en el cuello acabaría con su vida. Luego de esto, Lizarralde estacionó el vehículo frente a una panadería que él conocía, y arrojó el cuerpo de ambas a la alcantarilla, sin saber que su hija aún estaba viva.

Al pasar las horas, los hijos varones de Paola se percataron que su madre no regresaba, por lo que decidieron llamar a la policía. La mujer había dejado sus pertenencias en la casa, y tras registrar el móvil, identificaron que el último mensaje pertenecía a Gonzalo.

Gonzalo Lizarralde.
No se supo nada de Paola y Martina hasta que sus cuerpos fueron encontrados 4 días más tarde. No sabían cómo explicar que la menor de un año y 9 meses de edad aún seguía con vida. Pasó 80 horas junto al cadáver de su madre, en medio de la inmundicia, sin comer ni beber. Su estado era bastante crítico, pero aún había una esperanza. Su fortaleza hizo que sobreviviría un cuadro de hipotermia. A los 11 días, fue dada de alta del hospital de niños de Córdoba.

Tras ser descubiertos los cuerpos, el padre de Martina fue detenido de manera inmediata. Los testimonios aseguraban haber visto al sujeto con Paola esa noche, en la vereda, y con la bebé en brazos. Todo apuntaba a que Gonzalo habría asesinado a Paola e intentó asesinar a su hija porque planeaba formar una nueva familia con su actual pareja. Ella se encontraba embarazada y no quería tener contacto alguno con una niña que se vio obligado a asumir como suya por una orden judicial.

El juicio fue bastante lento a pesar de que el asesinato era obvio. El crimen de Paola propició varias marchar feministas, reclamando por la seguridad de las mujeres. El abogado de Lizarralde dijo que su patrocinado era muy buena persona, y que incluso tenia estudios. Como si tenerlos te hiciera buena persona. Todos los caminos apuntaban a que el sujeto había sido el asesino, por lo que, finalmente, fue sentenciado a cadena perpetua.


El cuerpo de Paola fue enterrado, y la pequeña Martina hoy vive con sus abuelos maternos.




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